domingo, 19 de febrero de 2012

Cuando el yerro se aparta...

Esta semana he tenido la oportunidad de participar en los actos que el Colegio Público Cervantes ha organizado con motivo del Carnaval. En una decisión totalmente acertada, los alumnos y alumnas se han disfrazado conmemorando el aniversario de las Navas de Tolosa. No es que se pretendiera celebrar el hecho bélico (como institución pública de enseñanza uno de los valores que se les enseña a los niños es la reprobación de todo acto violento), sino recordar que esa batalla, que hace 800 años permitió a las tropas cristianas el avance hacia el sur del Tajo y del Guadiana, fue la que consolidó la marca hispánica y permitió poner orden en las zonas fronterizas del reino de Castilla. Una de las consecuencias de la derrota almohade (diría que la única positiva) fue que la repoblación del lugar se llevó a cabo con acierto y rapidez, asentándose diversas familias provenientes del norte peninsular en la zona. Esta llegada de población permitió que Santa Cruz de Mudela cobrase carta de legalidad y realidad, aunque es evidente que no podemos hablar, taxativamente, del 1212 como punto de partida de la villa (aunque así lo quiera la leyenda).
¿Y qué tiene esto que ver con los caminos de hierro?, se preguntarán. Pues resulta que este año es también el 150 aniversario de la llegada del tren a Santa Cruz de Mudela, y el colegio público quiere celebrar este acontecimiento histórico con algunas actividades que, naturalmente, no voy a mencionar porque prefiero ir desgranándolas a posteriori. Lo que sí me apetece hoy es dejar en este blog parte del texto que leí, mediante el cual fui presentando a los distintos cursos que iban desfilando y que iré colgando en días sucesivos. Además, quiero expresar desde este humilde blog mi reconocimiento al enorme trabajo que ha puesto la comunidad educativa pública de Santa Cruz de Mudela a la hora de confeccionar los trajes y demás apechusques que llevaban los niños. Resulta alentador que en estos tiempos de recortes desconsiderados, en los que canallas disfrazados de consejeros predican la tijera escudándose en una supuesta inferioridad de la educación pública, de la educación de todos, un grupo de maestros y maestras, con la colaboración esencial del AMPA, viertan todo ese trabajo en demostrar que la ilusión, el buen hacer y el desvelo por enseñar a las futuras generaciones está por encima de los políticos, por más que éstos se empeñen, una y otra vez, en desenfundar la de siete muelles y seguir rebanando, poco a poco, la libertad educativa. Os dejo la primera parte de lo que redacté para presentar el acto, iré colgando el resto en días sucesivos (no es plan de dejar aquí una parrafada enorme que no os vais a leer, así mantengo el suspense). Por cierto, en feisbuk podéis ver también esta noticia. Os dejo el enlace: https://www.facebook.com/notes/turismo-santa-cruzmudela/carnaval-medieval-sostenible/348013738554668

LECTURA:
Tal vez se estén preguntando por qué celebramos el 800 aniversario de una batalla que ocurrió a unos kilómetros de aquí; cerca, pero ya en territorio andaluz. La respuesta es bien sencilla, pero preferimos no contarla nosotros y dejar que sea la historia quien lo haga. Y para ello vamos a recurrir a las leyendas. Sí, ya sabemos que los mitos, a veces, se revisten de cuento y de adorno, pero nos gustaría creer que esta leyenda que les vamos a contar tiene mucho de cierto, porque entre otras cosas relata la fundación de nuestro pueblo, Santa Cruz de Mudela.
Todo comenzó en 1212, cuando las tropas cristianas iban a la guerra contra los almohades. La guerra, ese invento terrible del ser humano, era muy común en esos tiempos oscuros y lejanos. Los caballeros pararon a descansar en un paraje frondoso, en el cual existían unas ruinas de casas abandonadas y un pozo de agua fresca, del cual dieron de beber a hombres y caballos. Y resulta que dos soldados de las tropas cristianas, que eran enemigos, empezaron a pelearse. Y entonces, ocurrió el milagro... Uno de ellos, con la espada desenvainada y presto a asesinar al otro, vio sobre la cabeza de éste una cruz. Detuvo al momento su mano, perdonó a su enemigo y marcharon juntos a la guerra. Ese mismo símbolo cristiano se apareció al rey Alfonso VIII en la batalla contra los almohades; por tanto, para recordar aquél hecho histórico se colocó junto al pozo una cruz, de la cual deriva el nombre actual de nuestro pueblo: la Santa Cruz de Mudela. Desgraciadamente la cruz ya no existe, pero el pozo sí. Todos lo conocemos como el Pozo del Llano.
Vamos a comenzar el desfile de los alumnos y alumnas del Colegio público Cervantes, los cuales se han disfrazado emulando a varios de los participantes en la batalla de las Navas de Tolosa, batalla que enfrentó a los cristianos y musulmanes un 16 de julio de 1212, lunes para ser más exacto.
 
El primer grupo que va a desfilar por delante de nosotros es el de los alumnos de infantil, que representan a las tropas musulmanas. En ese momento los almohades, que provenían del norte de África, se habían hecho con el poder en Al-Andalus. Pretendían reconquistar el reino de Toledo, que había sido ganado en buena lid por las tropas castellanas de Alfonso VI en 1085. Los almohades son tropas de guerreros fieros, que tienen una visión estricta de la ley islámica y de sus preceptos. Además, sus intenciones bélicas están reforzadas por la predicación, entre los soldados, de la Yihad o Guerra Santa contra los cristianos. Llevan armas terribles para combatir en la guerra, lo que a día de hoy nos entristece, ya que es mucho más civilizado resolver los conflictos y problemas con el diálogo y los acuerdos. Pero en ese momento el mundo era otro...
Las tropas almohades están mandadas por el emir Abu-Abdalah, más conocido como Mohamed al-Nassir. Portan afiladas cimitarras, unas espadas curvas que representan la media luna del estandarte musulmán. Llevan pequeños escudos redondos, y se tocan la cabeza con un turbante, recuerdo de sus tierras africanas, en las que el calor, el sol y el desierto obligan a vestir de esta manera. Sus vestimentas son vaporosas, ligeras, y muchos de ellos son excelentes jinetes. Estos mismos guerreros, al mando de Yussuf, ya han vencido a los cristianos unos años antes en Alarcos.

 

4 comentarios:

  1. Me gusta leerte, porque aprendo cosas que ignoraba y me alegra que colabores con las gentes del Cervantes, con quien he disfrutado placenteramente mientras mis hijos anduvieron por allí, con actividades de todo tipo y a quien he de reconocer que debo gran parte de esta mi renacida pasión por la escritura, afición que fomentaron con sus concursos de narrativa y a los que, por desgracia, ya no podré presentarme, porque los pajarillos volaron hacia otro nido. Un saludo y a seguir con este empeño.

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    1. Yo también fui alumno del Cervantes, así que la colarobación ha surgido de forma natural. La verdad es que fue muy agradable ver a todo el colegio vestido de manera uniforme y con una temática histórica, porque los disfraces estaban muy conseguidos, se intentó recrear a todos los grupos participantes en la batalla y no fue un acto pesado o largo. Para que luego digan las mentes preclaras que nos gobiernan que la educación pública es un desastre, que no sirve, que no enseña, que no inculca valores esenciales en el ser humano...

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  2. Yo también fuí alumno del Cervantes y me parece una iniciativa muy acertada y original, por dos cosas, primero por fomentar el carnaval que tanto hemos disfrutado todos nosotros y segundo y muy importante por divulgar y enseñar de esta forma tan amena parte de nuestra historia a los mas pequeños.... seguro que siempre recordarán el dia en que se disfrazaron de caballeros de la Batalla de las Navas. Enhorabuena

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    1. Tienes toda la razón Ángel (por cierto, bienvenido al blog). El colegio público Cervantes tiene ya una larga trayectoria consolidada en lo que a proyectos novedosos se refiere. Por eso esta actividad no desentona con la dinámica general. Estoy seguro de que aquí no terminará la cosa y que todavía nos aguardan un montón de sorpresas relativas al cumpleaños de nuestro pueblo (aún queda por celebrar, entre otras cosas, la llegada del tren a Santa Cruz).

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