miércoles, 18 de abril de 2012

El yerro se va de conferencia


El siguiente paso para conocer el proyecto que iba a traer el ferrocarril hasta Santa Cruz lo debemos situar en 1855. Ese año la dirección general de obras públicas editó un mapa de caminos de hierro (en explotación y proyectados) que contemplaba la realización del itinerario hacia Andalucía pasando por Valdepeñas y por Santa Cruz de Mudela, lugar donde también se unía otra línea que bajaba de Villarrobledo. Este último trayecto estaba financiado por un frances, el Conde de Morny, que era a su vez propietario del Grand Central, una compañía del país vecino. A su vez, la otra línea había sido autorizada por el gobierno con un doble sentido: por un lado establecer un trayecto desde Alcázar de San Juan hasta Ciudad Real pasando por Manzanares y, por el otro, desde esta población conectar la capital española con el sur peninsular atravesando Despeñaperros. Esta misma línea tenía un segundo ramal que conectaba Manzanares con Socuéllamos, de acuerdo con el anitguo proyecto que se había concedido en 1852 a D. Antonio Álvarez. Como podéis comprobar, en estos primeros momentos de efervescencia se hacían cábalas y se multiplicaban los proyectos como setas. El problema (uno de tantos dentro del mundo ferroviario) fue que todas estas concesiones se quedaron en nada. Para ejemplificar lo que estoy diciendo, baste afirmar que entre 1844 y 1854 se concedieron en torno a 5000 kilómetros de vías, de los cuales únicamente se hicieron posibles unos centenares.
El asunto era bastante complicado, porque desde muy pronto se suponía que ambas líneas (la de Villarrobledo y la de Alcázar-Ciudad Real (con el ramal de Manzanares hacia Andújar) no iban a poder coexistir. Y ello por una razón bien lógica: el tráfico de mercancías desde Andalucía hasta la Corte madrileña podía ser intenso (no en vano en los puertos mediterráneos se descargaban numerosos artículos que, con el invento del ferrocarril, llegaban a Madrid en mucho menos tiempo que con la tracción animal) pero ese tráfico no era tan numeroso como para establecer dos líneas, una que conectara con Madrid y otra que lo hiciera con la línea de Levante por Villarrobledo. Es decir, que el proyecto de obra pública tenía en mente dos direcciones, pero su intención era la unificación. Sobre todo cuando el ya citado Morny decidió abandonar su concesión, recuperar la fianza de 6 millones de reales que había depositado, y regresar a París, donde su compañía ferroviaria atravesaba por un mal momento. Así, la opción del este (que además de por Villarrobledo pasaba por algunos pueblos del campo de Montiel, como Infantes) se descartaba definitivamente, y cobraba carta de legalidad el acceso a Andalucía por Manzanares, cuyo primer tramo (Alcázar a Venta de la Herrera) se había aprobado en 1857.
No crean que, después de esta actuación, el trayecto final quedó consolidado ad perpetuam. La opción de Villarrobledo siguió presente en el ánimo de algunos diputados, que la defendieron con saña; el trayecto desde Manzanares al sur no estaba claro ni siquiera en 1859, puesto que sufrió variaciones en 1860 y en 1861. Pero como esta semana os quiero contar otra cosa más, dejemos esos asuntos para días venideros.
El viernes 27 de abril a las 20 horas, tendré el gusto de ofrecer una conferencia sobre el ferrocarril en Santa Cruz de Mudela, a la que estáis todos invitados, naturalmente. La charla la ha organizado el ayuntamiento local con motivo del 150 aniversario de la llegada del tren, se celebrará en el salón de actos de la casa de cultura, y me agrada mucho poder explicar en mi localidad lo que supuso ese acontecimiento, lo que trajo consigo y lo que significó para la villa. Por eso concluyo esta semana con el deseo de que nos podamos ver en la conferencia, de que la disfrutéis y de que si vuestras obligaciones, compromisos u cualesquier asunto os impiden acudir, que al menos os la cuenten. Un saludo.


 

8 comentarios:

  1. Sería un placer asistir a la conferencia pero me da, que debido a mi condición de esclavo libre, lo voy a tener peliagudo, De cualquier manera si puedo iré y si así no pudiera ser, seguiré con avidez estas entradas tuyas que me hacen viajar al tiempo en que los ferrocarriles eran vitales para el vivir y la subsistencia. Un placer seguirte, leerte y acogerte después en mi morada. Saludos.

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    1. Mauro tú tranquilo, que serás bienvenido si vienes y si no puede ser serás comprendido, como no podía ser de otra manera. Un abrazo.

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  2. No me queda de paso, pero me hubiera gustado estar.
    Me quedo con la historia...
    UN beso

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    1. Gracias, ya os contaré qué tal se ha dado. Un abrazo.

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  3. Daniel,¡¡ como siento no poder estar hoy en tu conferencia !!, por lo interesante que será, por tu elocuencia en la exposición y por compartir el aniversario de la llegada del tren a Santa Cruz.

    Espero la compartas en el blog aunque sea por " entregas".

    Un abrazo enorme
    Josefina

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    1. Claro que sí Josefina, algunas entregas pondremos por el blog, que hablar de historia del pueblo siempre me es grato, sobre todo si hay gente que, como tú, está dispuesta a leerla. Un abrazo.

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  4. ¡¡MAGISTRAL!!
    Dos horas subidos en el tren que conducía Dani y que nos fué llevando por numerosas "estaciones", todas ellas muy interesantes y dignas de ser conocidas.
    Muchas gracias por tan rica exposición y enhorabuena. Gran trabajo.

    Un abrazo.

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    1. Gracias Paco por tus gratas palabras. Tengo la sensación que me extendí un poco, pero es que había tantas cosas que contar... Ya os iré poniendo algunas características de lo que expuse el viernes. Un saludo Paco y gracias por tu asistencia.

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