domingo, 8 de enero de 2012

Los tres yerros de Oriente

Vaya por delante que os deseo un feliz año 2012, ahora que ya llevamos unos días andados por él y hemos comprobado que, efectivamente, vamos a sufrir y padecer la misma situación que en 2011.
Pues resulta que estaba yo sentado el día 5 de enero, digiriendo el roscón de reyes, cuando una idea surgió en mi mente: podría ir a ver la cabalgata. El asunto no era baladí, porque dado que hemos cambiado de gobierno presuponía que las mutaciones también llegarían, qué duda cabe, a los aspectos más nimios de la vida santacruceña, como por ejemplo el paseo triunfal de Sus Majestades de Oriente. Además, no voy a engañaros, tenía ganas de ver un supuesto tren para los niños que iba a abrir la cabalgata, asunto que había leído profusamente en el foro de Santa Cruz de Mudela, en el que varios usuarios habían comentado (algunos de manera irónica y ácida, otros con menos colmillo) los pormenores que podría traer la cabalgata. Así que me puse el abrigo, me agarré del brazo de mi señora esposa y me fui para la calle.
Y entonces se desencadenó el horror en todo su máximo espectáculo. Entre luces de coches patrulla y calles medio apagadas (en Santa Cruz de Mudela se sigue una política de ahorro con respecto a la iluminación nocturna) aparecieron los muñecos de Bob Esponja desfilando... Conmocionado, mis oídos percibieron una música estridente y nada apropiada para la cabalgata, algo así como un chunda chunda poligonero que surgía de los altavoces de un coche, tras el cual unos muchachos que desfilan en carnaval se afanaban por bailar una coreografía hilarante con pocas concomitancias con los Tres Reyes Magos, la historia bíblica y mil y un aspectos más que no desgranaré porque no tengo espacio y no pretendo aburrir aún más al personal.
Pero la guinda del pastel vino con el supuesto tren. No soy experto en máquinas de vapor o diésel, como otros conocidos míos, pero me esperaba poder reconocer vagamente la supuesta locomotora que acompañaba a Sus Majestades orientales. De hecho, me esperaba al menos un tren, pero la historia se reescribe con guiones desquiciantes que, muchas veces, superan la ficción más atrevida. Sí amigos, el tren era una furgoneta recortada a la que iba enganchada un remolque. El techo, en un alarde de gusto exquisito, consistía en unas lonas o telas de estampado florido tan horrendo que mi aparato digestivo, al igual que el del gran Ignatius, se revolvió inquieto y comenzó a cerrar la válvula pilórica. Tal vez esté siendo demasiado purista, me decía a mi mismo mientras contemplaba la escena entre fascinado, excitado y compungido. Pero mi amor por los caminos de hierro me impelía a escribir estas líneas y clamar, oh yerro maldito, por tu intromisión en el desfile de los Reyes Magos y por la inclusión de una furgoneta en lugar de un noble tren. 
Luego, cuando hubo pasado toda la escena, volví al solaz y reposo del domicilio, perturbado aún por tales imágenes. El frío se agarraba a mi rostro, a mi cuerpo, y perpetuaba para siempre esas imágenes que, no lo niego, me siguen visitando por las noches, cuando ya todo está tranquilo. Al cerrar los ojos y empezar a contar máquinas de tren con vagones llenos de ovejitas, de repente, una nube negra se posa sobre mí y, como en una película de Hitchcock, comienza a mutar el escenario idílico, convirtiéndolo en pesadilla: sobre los raíles aparece una furgona conducida por Bob Esponja, con Calamardo de revisor, que hace descarrilar a mi humilde máquina de tren y se apodera de mi sueño, mientras el sonido del tubo de escape se fusiona con el chunda chunda discotequero. ¿Debería ir al médico?

2 comentarios:

  1. Tal y como está el percal ojalá todos los recortes fueran para este tipo de eventos y no para otras cosas menos circenses pero más necesarias.
    Un par de puntualizaciones.
    A. La historia de los reyes magos no es bíblica.
    B. Este año no vamos a sufrir y padecer la misma situación que en 2011, sino otra mucho peor, así que vete preparando.

    ResponderEliminar
  2. Bueno, me refiero a la referencia a los Reyes de Oriente en Mateo, pero obviamente todo el asunto proviene, efectivamente, de los apócrifos. Y sí, me temo que 2012 va a ser terrible. Como dice Bárbol en el señor de los anillos, lo huelo en el aire.

    ResponderEliminar